sábado, 18 de febrero de 2012

Los hijos tienen la palabra.

Los hijos tienen la palabra

Nuestra sociedad intelectual posee  escuelas de diferente contexto sociocultural.
Esto  permite tener la oportunidad de tener acceso  con los niños teniendo como tema el taller “ El estrés y el cansancio”.
Los adultos tienen la oportunidad de leer libros, documentos y conversar y entender lo que  pasa cuando se sienten cansamos o desgastamos o hasta consultar a un especialista cuando hay estos síntomas.
Hay que detenerse a pensar que saben los niños, cómo ellos reaccionan frente a este síndrome
Es bueno hablar con ellos, los protagonistas, los futuros ciudadanos y lograr rescatar s testimonios que merecen ser tenidos en cuenta...

Testimonio de un niño.
Edad : 12 años y cursa 6º año.


Maestra, todos hablan y hablan, pero a los niños no nos escuchan.
Yo les hablo a mis padres y les digo que estoy cansado y que a veces ando con ganas de dejar el club ,el inglés, el fútbol.
Pero ellos no me entienden.
No tengo tiempo para todo. Ando corriendo de un lugar a otro y me canso mucho. Almuerzo a las corridas para ir al club, luego vengo a casa y vuelvo a salir. A veces me gustaría quedarme un poco tiempo en casa y ver a mis padres un ratito.
Papá dice que debo hacer todo bien porque el gasta mucho para que yo sea una persona de bien. Me exige tanto que a veces quiero largar todo.
Bueno... yo si pudiera elegir, preferiría otra cosa. Pero ellos creen que es lo mejor para mi. La escuela también me cansa y la maestra dice que debo cumplir con todas las tareas. Entonces no sé que hacer. Vivo cansado.

Testimonio de una niña
Edad 10 años.
Cursa 4º año.

En mi casa todos trabajan . Por eso mi mamá ,porque no tengo papá, dice que no puedo quedarme sola y entonces concurro desde hace varios años a gimnasia rítmica por una beca que conseguí. Además voy a la escuela y soy la que arreglo la casa y cuido de un hermanito más pequeño que tengo.
Mamá siempre viene cansada ,anda a las corridas porque trabaja muchas horas y va de un trabajo al otro. Si hago las cosas mal a veces me rezonga. Me preocupa verla triste . Siempre me recuerda cuando le pido algo, que la plata no alcanza, que hay muchas cuentas que pagar, que espere para otra oportunidad. Además debo cuidar a un hermanito, es de gran responsabilidad pero también me canso y me pongo nerviosa cuando tengo que darle la mamadera . A mi me gusta hacer otras cosas pero no puedo hacerlas. Tengo que estar atenta.
Para colmo en la escuela esta maestra este año,  nos manda muchos deberes y no me puedo reunir con alguna compañera para hacerlos porque debo estar adentro de casa.. A veces tengo ganas de faltar y de dormir un ratito. Mamá  cuando le digo que estoy cansada, dice que son mañas y que los niños no se cansan. Dice que estoy en edad de empezar a ser responsable. Pero yo aún siento ganas de jugar y de pensar en cosas lindas.¿Será que siempre será así?




Testiomonio de una liceal.
Edad: 14 años.
Clase 2º de liceo


Yo o se que les pasa a mis padres. No los entiendo. Ellos no se dan cuenta que cada vez me exigen más y más.
El otro día cuando fueron al colegio a buscar el carné yo pensé que quedarían conformes. Sólo tenía 3 notas bajas.
El sermón duró largas horas y la verdad, yo había puesto empeño en esforzarme. Esa noche, me costó dormirme, estaba re nerviosa y agitada.
Ellos me comparan con otros que tienen notas altas y se la pasan estudiando. Tengo varias amigas en el colegio, pero a la hora de hacer los escritos, ni me miran. Cada cual está en lo suyo. Nadie quiere compartir nada. Todos quiere ser los mejores.
Creo que mis padres ya no me quieren como cuando era más chica. Es que dicen que no sobresalgo en nada. Por eso hace días que tengo algunas penitencias que debo cumplir, hasta que suba las notas.(No puedo escuchar a música que me gusta, debo dormirme antes de las nueve , se me cortaron las salidas y otras cosas .)Para colmo, la profesora dice que tengo capacidad, que sólo debo esforzarme más. ¿Más...hasta dónde más? pensé, si yo hago todo lo que puedo.
La verdad, no los entiendo. Cada vez que me entregan el carné me sudan las manos, me palpitan las sienes y me angustio un motón.
Gracias Ana por escucharme. Me hizo bien hablar contigo.


Recuerden: Lo más importante que poseen los seres humanos el  don de la palabra, la comunicación verbal y gestual. Muchas veces, el tiempo, los problemas hacen que estas sencillas pero importantes cosas queden relegadas o no se les de importancia.
Hay que escuchar, hablar y entender a los niños, dejar que vayan formándose como ciudadanos y aportando desde nuestra experiencia lo mejor de cada una para ayudarlos a crecer. No hay que dejar que se perciban síntomas que después es difícil de enmendar.


Ana María Castro Luca. anamaria28@hotmail.com.
Docente
Est. de Licenciatura en C. de la Educación

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