sábado, 25 de febrero de 2012

EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ESCUELA.

Educación sexual en la escuela.

Hoy en día los jóvenes viven  de forma diferente. Muchos adultos creen  que nuestros adolescentes son personas extrovertidas, que viven una vida más agitada y que disfrutan de la vida al límite, caminando por la cuerda floja .Los padres se asombran de la nueva identidad que han desarrollado los hijos, no existe un diálogo franco entre ambas generaciones para hablar del amor y del sexo. Pocas veces consultan con un especialista en el tema y se espera que las instituciones educativas orienten e influyan en la educación.

¿Dónde obtienen información sobre el sexo los adolescentes?

Quienes tenían niños en pleno desarrollo de la pubertad omitían ofrecer información del tema, debido a los tabúes  de las generaciones anteriores, pero la naturaleza es tan fuerte, que éstos siempre logran aprender e indagar sobre el tema por un camino u otro.
En realidad, cuando algún adolescente manifiesta deseos de conocer acerca de la sexualidad, es bueno que los padres  acerquen bibliografía y lecturas adecuadas y clasificadas que sirvan de orientación. Recuerden padres que es darle nuevas oportunidades.

¿Hay una edad para aprender sobre la sexualidad?

Cuando cuestionamos la edad de la educación, muchas personas consideran necesario que se comience desde pequeños. Pero no todos los padres están de acuerdo. Muchos afirman que prefieren que sus hijos hablen estos temas luego de finalizado el ciclo escolar, o sea cuando entran el la pubertad.
Se sabe que cuanto más conocen de sexo los adolescentes es probable que sean más responsables frente a él. El uso de anticonceptivos y los métodos para prevenir el control prenatal enfermedades de trasmisión sexual para prevenir la infección del VHI.

Desde hace muchos años, se está planteando incorporar la Educación sexual desde los primeros años escolares. Hoy en día se busca introducir en el currículum formal una asignatura con objetivos claros que traten de este tema.

Los docentes, no dejan de tener preocupación e incertidumbre a la hora de abordar este tipo de temas.
Realizando ciertas encuestas a los docentes en una sala de maestros tuve la oportunidad de verificar la cantidad de opiniones, algunas hasta diría yo contradictorias sobre esta nueva responsabilidad que debemos afrontar en esta época.
Unos maestros piensan que es algo fácil y si es legítimo, no tendrían inconvenientes.
Otros en su mayoría, tienen cierto resquemor debido al crisol de culturas que se conglomera en una sola institución. Dado que es imposible tener en cuenta las ideologías de todos los padres y familias. Enseñar educación sexual en la escuela no

Sería lo difícil  dado que uno puede asesorarse, instruirse y trasmitir conocimientos, sino... ¡ qué dirá ese niño en la casa o cómo repita lo que le enseñaron en clase!
Y otros docentes preferirían que existieran profesores especiales que dictaran esa clase, para darle mayor énfasis  y exactitud al tema.

¿Los adultos no hablamos de sexo con los hijos ¿Por qué?

Con respecto a padres y abuelos que durante el año asado entrevisté, la mayoría prefiere que todas las dudas e inquietudes las enseñe un maestro. Cuando les pregunté el por que me contestaron:
“..Porque me da vergüenza hablarlo...”
“...No estoy preparada para eso...”
“...Como mis padres nunca me hablaron de esto yo no se como encararlo...”
“...Ya cometí errores en mi vida, o quiero que mis hijos piensen igual que yo...”
“... Cuando me vienen con ese tema, les digo que se lo expliquen en la escuela...”

¿Los chicos dónde aprenden tantas cosas?

Los chicos de hoy en día no viven peor que antes, sino de diferente manera.
Están expuestos a vivir la sexualidad en forma más mediática. Revistas, programas de televisión, su propia familia, trasmiten libremente sus experiencias.
El índice de embarazos precoces en los adolescentes es alarmante.
Yo me pregunto a veces: ¿Estamos frente a una juventud desinhibida, arriesgada e inconsciente?  ¿Deben culparse solamente a los jóvenes? ¿Fallan ellos o fracasamos los adultos?

Lo cierto es que no debemos en pensar en reprimir, suprimir o evitar esta situación en que viven los jóvenes para revertir experiencias negativas. Hay que comenzar por educarnos nosotros  los padres, para poder educar a las generaciones más jóvenes a que vivan, crezcan y se desarrollen en forma sana, productiva y placentera.

Ana Maria Castro Luca

Docente.Lic en Cs de la Educación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario