Saber escuchar y saber hablar en la escuela para que los niños nos entiendan
Los seres humanos tenemos diversas necesidades. Algunas son muy evidentes como alimentarse o tener sueño. Otras no son tan evidentes o no nos damos cuenta tan fácilmente.
Debemos ser conscientes de lo que nos hace falta para buscar ese estado de satisfacción en los diferentes aspectos de la vida.
La necesidad de dialogar con los hijos es un tema difícil, y más si son temas que dejan huellas marcadas si no son encarados con habilidad. Saber hablar con hijos ajenos también es difícil.
No tratar algunos temas que son engorrosos pueden causar molestias, resentimientos y frustraciones. En la escuela es lo mismo que lo que sucede en el núcleo familiar. Pero los docentes siembre buscamos el apoyo de algún psicólogo o profesional experto en la materia que nos asesore.
¡Quienes empiezan a preguntar de esas cosas son siempre los más pequeños!
Algunas recomendaciones para cuando el niño cuenta en el hogar de lo hablado en la escuela.
Estar atento a las necesidades ,a las inquietudes. Escúchelo al niño que quiere saber. Aclaren juntos lo que sea.
Las veces preguntas sobre el sexo suele ocasionar cierto malestar. Al tratarlo busque un momento del día para estar a solas y tomar en serio las preguntas.
Si uno se siente inseguro busque apoyo para a manejar desafíos, saber eliminar tensiones y angustia.
No dejar un niño con la pregunta en la boca del niño. Hacer caso a los sentimientos del niño.
Aceptar sus preguntas sin prejuicios, ni descalificarlas. Si damos una respuesta incorrecta y el niño percibe que no es la adecuada su confianza hacia nosotros mermará.
Jamás reírnos de su ignorancia y ponerse en el lugar del que cuestiona.
Escuchar puede ser más fácil que ofrecer respuestas muy elaboradas.
Sin pistas ni adivinanzas.
En la escuela un maestro cuando la situación lo amerita puede tener instancias de diálogos y muchos recursos para explicar estos temas.
Las imágenes es uno de ellos. Los niños desde que empiezan a explorar su cuerpo ,comienzan a notar diferencias entre sus pares. El método infalible de las maestras es decir la verdad. Y sólo responder lo que el niño pregunta. Explicarles cada parte del cuerpo con el vocabulario justo y de forma científica.
Si se les habla en otros términos, o utilizando apodos puede que esto confunda a los niños.
Hay que explicarle las diferencias fisiológicas. En la escuela claramente los baños son el centro de esa gran diferencia.
Los chicos de este año que cursan segundo grado y tienen 7 años me preguntan a comienzos del curso :
¿Por qué tenemos baños diferentes?
¿Por qué el baño de niñas es diferente al de los varones?
Explique sencillamente las diferencias naturales. No necesité seguir profundizando.
Lo que si observé el silencio y la atención que ellos pusieron cuando les hablé.
Estaban deseosos de saber.
Nuestros niños y jóvenes pasan mucho más tiempo en contacto con los medios audiovisuales que en compañía de los tan queridos libros, hoy menospreciados por nuestros chicos. En vista de esto, los docentes tienen en sus manos, ya no la posibilidad, sino el deber de mediar en las interpretaciones de las imágenes.
Una escuela que no da herramientas para la inserción del educando en una sociedad dada, en su propia época , no está logrando uno de sus principales cometidos.
Ana Maria Castro Luca
Docente y E. Licenciatura en Ciencias de la Educación.
anamaria28@hotmail.com
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