Abrí un espacio para dialogar con tu hijo. Preguntale por las actividades que más le gusten. Le estarás demostrando que él te importa; así generarás confianza y elevarás su seguridad.
• Creá momentos especiales para compartir con tus hijos en familia. Cuando todos están en la casa, generá el intercambio con ellos y entre ellos.
• Preguntale cómo se siente, qué le pasa y no esperes que siempre él inicie la conversación.
• Generá momentos de encuentro con tu hijo, preguntándole qué hizo durante el día y cómo se sintió. Esto estimula el contacto con las emociones auténticas del niño. Proponele una actividad para hacer juntos.
• Acercate a tu hijo con afecto: abrazalo, hablale, decile lo mucho que lo querés.
• Mostrale que estás dispuesto a responder sus dudas y si no tenés una respuesta, comprometete a averiguarla y después cumplí tu promesa.
• No adoptes el estilo de disciplina rígida y autoritaria. Existen otras formas de fomentar su buena conducta, como por ejemplo elogiando y recompensando con cariño sus conductas positivas.
• Tratá de participar en la vida escolar de tu hijo. Tomate el tiempo de conocer a su maestra y que tu hijo lo sepa. Involucrate en la organización de ferias, actos y campeonatos. Aunque no te lo diga, va a sentir que lo estás acompañando y valorando.
• Estate atento a los síntomas que puedan indicar que tu hijo no está bien o que tiene dificultad para establecer amistades: conductas agresivas, actitud hipervigilante, tristeza, depresión, desinterés repentino en actividades que antes disfrutaba, temores, pérdida de apetito, eneuresis (hacerse pis).
• Ocupate de su salud. Cuando empieza el colegio llevalo al oculista, cuando entra en la pubertad asesorate sobre cómo acompañarlo en los grandes cambios de esa edad y cómo guiar su sexualidad. Si es mujer, acompañala en su primera visita al ginecólogo.
• No dejes de consultar a un especialista si un maestro o pariente te lo sugiere: psicólogos, psicopedagogos, fonoaudiólogos, entre otros profesionales, están para ayudarte a vos y a tu hijo. No tiene nada de malo necesitar ayuda.
• Reconocé los logros de tu hijo. Su participación en actividades del colegio, sus habilidades manuales y deportivas. También ayudalo a superar las dificultades.
• Mostrate dispuesto a responder sus dudas. Si no tenés una respuesta, comprometete a averiguarla y luego cumplí tu promesa.
• Ofrecele alternativas de juego. Por más que le encanten los play stations y la computadora, que no se quede mucho tiempo frente a un aparato electrónico. Estos pueden amenazar el impulso natural que tienen los chicos de descubrir y conocer. Proponele actividades al aire libre, juegos y recreación.
• Acompañalo cuando vea televisión, y comentá los contenidos de los programas con él.
• Sé claro y coherente en los valores y en los ejemplos que le das con tus acciones; él ve las contradicciones y luego te pedirá explicaciones.
• Ayudalo a entender las consecuencias de sus acciones, tanto negativas como positivas.
• Dale comidas nutritivas y sé un buen ejemplo comiendo sano y sin apuro. Asesorate con el pediatra sobre qué necesita en esta edad, según su actividad y desarrollo. No permitas que coma a toda hora. Si siente apetito, ofrecele alimentos saludables y entre las comidas, dale yogur, fruta, una barra de cereal, un vaso de leche con cereales, etc.
• Al elegir la escuela, preferí las que ofrezcan deportes, expresión corporal, o teatro, para que desarrolle el gusto por la actividad física.
• Asignale pequeñas responsabilidades, de acuerdo a su edad y capacidad, como poner o levantar la mesa, regar las plantas; con eso harás que se sienta útil y lo ayudarás a ser más responsable.
• Mostrale que vale la pena esforzarse, realizando actividades manuales o intelectuales, colaborativas, en el orden, la limpieza, cocina y cuidado de mascotas.
• Ayudá a tu hijo a hacer las tareas escolares y revisalas con él antes de entregarlas: Establecé el momento y lugar adecuados y demostrale que podrá llevar a la práctica lo que está aprendiendo en la escuela, por ejemplo usando las matemáticas al sacar las proporciones para una receta, o escribiendo notas y cartas.
• No dejes que haga sus tareas frente al televisor, pues no logrará la concentración necesaria. Tampoco permitas que tu hijo vea televisión en forma desmedida. Es mejor que tenga pautas claras y un tope horario.
• Tratá a todos tus hijos por igual: no establezcas diferencias ni comparaciones entre hermanos ni con otros niños.
• Acompañalo cuando hace las tareas del colegio. Mostrale tu buena disponibilidad para ayudarlo en lo que necesite. Si vos no podés estar cuando te necesita, explicale a la persona que lo acompañe cómo querés que lo ayude.
• Planificá actividades físicas para toda la familia; salgan a caminar, a bailar. En las vacaciones pueden a acampar o pescar.
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