martes, 29 de marzo de 2016

Para ser feliz debes aprender a ignorar a muchas personas

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Para ser feliz debes aprender a ignorar a muchas personas

Muchas veces alejarnos de las personas conflictivas no solo es una cuestión de comodidad, sino de salud mental. Hay actitudes que nos llegan a desequilibrar tanto que nos bloquean y nos impiden realizarnos, sometiendo nuestro bienestar emocional a sus antojos.
Todos sabemos de buena tinta que nuestras relaciones no siempre nos aportan algo positivo, aunque realmente lo esperemos. A pesar de que somos conscientes de esto, no cuesta darnos cuenta de que estamos alimentando intercambios tóxicos.
O sea, nos parece algo “tonto” e incoherente pero, sin embargo, no podemos escapar de la realidad. Sacrificar nuestro bienestar por los demás está a la orden del día para cada uno de nosotros.
Así que nos encontramos ante el triste panorama de vivir sometidos a relaciones insanas con personas que no nos aportan sinceridad ni buenas emociones. Es decir, intercambios cargados de intereses y egoísmosPor eso, para poder crecer debemos de aprender a ignorar a cierta gente en ciertos momentos.
El verdadero fracaso es cuando dejas de intentar algo

¿Qué es lo que debemos ignorar para ser felices?

Las situaciones a partir de las que conviene comenzar a regalar nuestra ausencia son variopintas. Normalmente podemos reconocer con facilidad lo que nos turba pero es posible que nos lleve un tiempo en otras ocasiones.
Conocerlas nos ayudará a tomar conciencia de la realidad e incluso puede ayudarnos a anticipar estas cuestiones, de manera que podamos impedir que nos hagan más daño que el inevitable. Dicho esto, veamos algo más detenidamente lo que debemos aprender a ignorar:
1.Las críticas de los demás. Nadie nos puede afectar sin nuestro consentimiento. O sea, somos nosotros lo que damos validez a las opiniones de los demás. Lo que otros piensen sobre las decisiones que tomamos no debería importarnos, ya que es tan probable que nosotros nos equivoquemos como que ellos lo hagan.
2. La creación de inseguridades. Hay personas que se piensan que son expertos en la vida de todo. Estos acaban consciente o inconscientemente, creando inseguridades y pequeñas frustraciones en la gente que les rodea. Procura ignorar este tipo de actitudes, pues solo te conducen a la frustración.
3. Preocuparnos por lo que no podemos controlar. Si nos preocupa cómo va a actuar esa persona o qué va a hacer o decir, algo va mal. O sea, la gente no va haciendo daño deliberadamente y no debería de tenernos en vilo que nos respeten o no. Si esto ocurre, es mejor de que alejes de esa persona.
4. Las comparaciones obsesivas. Está muy bien que la gente triunfe y tenga éxito, pero no que hagan sentir a los demás poca cosa. No hay persona más insignificante que aquella que usa sus logros para menospreciar a los demás. Por eso, sigue centrándote en lo que tú puedes hacer para seguir creciendo y recuerda que lo que consigas depende en gran parte de que te lo creas.
5. Los intereses y egoísmos. No todo el mundo te está ayudando cuando intentan aparentar estar haciéndolo. Empieza a desactivar la realidad y analiza hacia qué lado se inclina la balanza siempre. Si hay un equilibrio, significa que hay armonía en vuestra relación; si por el contrario no lo hay, algo va mal.

que te importe quien te aporte (3)

Regala tu ausencia a quien no valore tu presencia

Tenemos que darnos cuenta de que con el tiempo la imagen que tenemos de las personas puede cambiar, lo que implica que desconoceremos a aquellos que creíamos conocer.
Regala tu ausencia y tu indiferencia a quien no te valore; pero no de cualquier forma, auséntate emocionalmente. No lo hagas como una forma de venganza, sino como una manera de protegerte.
A veces nos percatamos demasiado tarde de que todo lo que hemos hecho por alguien ha sido ignorado o menospreciado en el terreno emocional. Es posible que entonces nos sintamos decepcionados y que nos demos cuenta de que no han movido ni un dedo por nosotros.
Conseguir que lo que alguien haga o no haga no nos afecte actúa como un bálsamo. Puede que resulte costoso al principio, pero los resultados comienzan a notarse bien pronto en nuestra salud emocional.
De hecho, cuando somos capaces de hacerlo, nos damos cuenta de que es un verdadero placer poder escucharnos sin nada que enturbie nuestro diálogo interior.
La verdad es que intentarlo no solo merece la pena, merece la alegría.

lunes, 28 de marzo de 2016

Amar/amarse diferente para no naufragar


Amar/amarse diferente para no naufragar

           



        Al hilo del escrito anterior: "Somos como nos quisieron", un compañero me comentaba que estaba leyendo "Relato de un náufrago" de Gabriel garcía Márquez. Se sintió removido por ciertas escenas del libro. La primera que me comentaba es cuando el protagonista está a oscuras, tanto que no llega a verse ni su propia mano, otro momento que le impactó fue cuando, desesperado por la lentitud del tiempo se ve tentado a arrojar al mar el reloj que desafiante le recordaba esa dilación temporal cada vez que lo miraba. Pero menos mal que se detuvo "a tiempo" porque este objeto era lo poco que tenía (o mucho). Seguro que muchos nos acordamos también de la película de "Náufrago", su protagonista, Tom Hanks, crea un vínculo muy fuerte con "su amigo" Wilson, una pelota a la que habla, quiere, desea, ama.., hasta el punto de arriesgar su vida para salvarla, para no perderla en el mar.

        Ambos casos nos hablan de lo mismo, de cómo nos aferramos a los objetos, que pueden ser cosas, personas, ideas, representaciones... En una situación desesperada uno se aferra a lo que puede/tiene. En estos dos casos, los náufragos se agarran a la realidad a través de sus objetos, como sus últimos reductos para no caer en la locura. Se sujetan al mundo agarrándose a los objetos y tomándolos como referencia, mirándose en ellos "saben quienes son" y no se despersonalizan de la realidad. Y en ese momento el reloj/la pelota se convierten por transitividad en su única realidad. Si tira el reloj, osea si renuncia a esa realidad, aparece el vacío.

        Fue esto lo que nos llevó a hablar del ejemplo de la persona maltratada del escrito anterior, y de lo difícil que es renunciar a "nuestras realidades".

        La realidad del ser humano no es otra cosa que el imaginario de lo que hay, o más fácil, de como nos imaginamos la realidad (porque a lo real no podemos acceder). Este imaginario lo construimos con el imaginario que nos transmite el Otro primordial, es decir, vamos a introyectar la realidad que nos transmiten nuestros padres o las figuras que cumplan esas funciones. Como en el amor, la persona se vuelve crédula a esto que se le transmite. ¿Locura? Justamente lo contrario, gracias a esto el sujeto se convierte en sujeto, se agarra al mundo (como el náufrago al reloj/pelota). El psicótico no se puede agarrar igual, está desorganizado, también se aferra al mundo como puede, pero lo que hace es un "como si", trata de hacer las cosas que hace el sujeto que se considera normal, trabajar, casarse, comprarse un piso, etc.., pero es un "como si" fuera normal, como si fuera como los demás. Una película que explica bien esto es: "Melancholia" de Lars von Trier (un director que nos deja muy buenas películas para pensarlas desde el psicoanálisis). Y uno de los buenos explicantes de esta película desde el psicoanálisis es el profesor Jesús González Requena.

        Cuando asumimos esa realidad nos construimos en base a ella, en base porque es la base de nuestros cimientos y la única realidad que conocemos. ¿Qué pasa cuando la realidad es perjudicial o muy perjudicial para el sujeto? ¿Que la cambia por otra menos dañina? No, porque no existe. Es decir, no podemos pensar en si viviríamos mejor en la Tierra que en un planeta que aún no se ha descubierto, porque  no existe, y más difícil aún, porque el planeta no existente por lo menos está en nuestro imaginario, pero otra realidad no está, porque no es real. Se escapa de nuestro imaginario como si fuese el mecanismo de forclusión de la psicosis.

        Por eso, cuando vemos realidades, vamos a llamarlas jodidas, nos sorprende que la persona no puede dejar de repetirlas, no puede, porque no hay otra. La persona maltratada de la que tanto hemos hablado últimamente sólo conoce ser querida/deseada de esa manera, y sino no sabe quien es, por eso no puede renunciar, porque no tiene nada para hacer el cambio, su maltrato es el reloj del náufrago. Después de la renuncia le espera el vacío, la angustia, como si fuese el síndrome de abstinencia del drogadicto. 

        Hace años, y al hilo del mar y de los naufragios escuché al psicoanalista Alfonso Gómez Prieto decir que el psicoanalista era como un faro que alumbraba a un barco que se había perdido (a una persona con depresión), qué bien le hubiera venido a nuestro náufrago un faro. Y es que el náufrago sólo tenía el reloj, pero la persona maltratada, como el neurótico habitual sí tiene la posibilidad de alumbrarse con el faro que le propone su análisis. es ahí donde se puede cambiar esa realidad cimentada, cuando, "en transferencia", la repetición falla, es decir, cuando la persona maltratada intenta por todos los medios que el analista le maltrate y esto no ocurre, cuando la/el histérico intenta seducirle y no puede, cuando el obsesivo intenta derrocarle y no puede, etc.., cuando falla la repetición y la persona entiende que se puede vincular de otra manera, que le pueden querer de otra manera. Ahí, aparece UN NUEVO MUNDO, de significantes, osea una nueva realidad que ahora sí existe. Una nueva manera de querer/quererse, y es que el problema siempre fue un problema de amor.

Luis Martínez de Prado.
Psicólogo - Psicoanalista.

jueves, 17 de marzo de 2016

problemas de aprendizaje

¿Qué hay detrás de los problemas de aprendizaje?

 

leer en voz alta, mala pronunciación y falta de coordinación al caminar, son algunos indicadores de las dificultades de aprendizaje, manifestó la licenciada Carolina Olazabal del Guestalt Kids & Teens.
Según la especialista, en la actualidad solo el 30% de los estudiantes entienden lo que leen; debido al pobre hábito y escaso interés en la lectura, pobreza en el vocabulario (no comprenden el significado de las palabras utilizadas en los textos), problemas de atención y concentración, problemas de memoria, o problemas de aprendizaje relacionadas con la comprensión de lectura.
Olazabal indica, que los problemas de aprendizaje son causados por factores físicos, genéticos y del sistema nervioso, además la ansiedad y frustración del niño que se esfuerza por aprender, le genera también problemas emocionales, que a su vez hacen que el problema de aprendizaje se agrave.
Entre las dificultades de aprendizaje más comunes figuran: los problemas de lecturas (dislexias), problemas de escritura (disgrafías), problemas en el cálculo (discalculia), déficit de atención, entre otros.
“El diagnóstico de un problema de aprendizaje no se hace antes de los 5 años o del inicio de la etapa escolar”, aclara la especialista.
RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES
– Los padres deben estar al tanto del desarrollo de las habilidades de sus hijos
– Mantener una comunicación adecuada con sus profesores y si observan algún problema o dificultad, buscar ayuda profesional para una adecuada evaluación y de ser necesario, un adecuado tratamiento.
– Es importante propiciar la lectura y el desarrollo de las diferentes habilidades, buscar estrategias para que aprenda las diferentes temáticas.
– Brindarle confianza y reforzar sus habilidades emocionales y reforzar los pequeños logros que realice el niño día a día.
Fuente: RPP





 

El estrés docente: un hecho al que casi nadie parece importar. Salud Ene 30, 2016 8 222211


El estrés docente: un hecho al que casi nadie parece importar.

 


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Desgraciadamente, cada vez más docentes sienten en su trabajo ese malestar personal, esa sensación de no servir para nada, de que su esfuerzo no es reconocido como debería serlo, y que en muchas ocasiones se le exige hacer cosas que no son ni mucho menos de su competencia. Además, muchos de ellos tienen que soportar y aguantar escenarios de presiones y reuniones con familias poco respetuosas y maleducadas. Igualmente, se puede dar el caso de que algunos de ellos no tengan buenas relaciones con los demás compañeros del centro y que se sientan desplazados del grupo. Si al tiempo que dedica el docente a estar en clase, le sumamos el que invierte en corregir exámenes, trabajos, actividades y preparar las clases de toda la semana, podríamos decir perfectamente, que es un trabajo que genera un estrés elevado. Y sí, así es, pero a la mayoría de las personas parece no importarle.
Me parece a mí, que todavía se cree en el rol de los maestros de las civilizaciones clásicas: ese rol que definía al docente como un “semidios”, que todo lo sabía, que sabía darle explicaciones a casi todas las cosas, y uno de los seres más sabios e inteligentes del lugar. Así pues, se defendía que los profesores podían con todo y que en ningún momento podrían necesitar ayuda de vez en cuando. Esa creencia era absurda hace décadas y lo sigue siendo ahora. Los docentes son personas de carne hueso (oh, qué gran sorpresa), que sienten y padecen. Y que en más casos de los que les gustarían, sufren un malestar que posiblemente no sepan explicar. Ese malestar, no provoca únicamente estrés (que ya es suficiente), sino que puede desembocar en fatigas, excesivo cansancio, dolores musculares, dolor de huesos, de cabeza, problemas al conciliar el sueño, en la alimentación, en sus relaciones personales e incluso en una depresión laboral.
Estas situaciones, como os podéis imaginar no han suscitado demasiada importancia en los medios. Ni siquiera en los centros educativos. Son muy pocos colegios o institutos los que hacen algo para evitar lo anteriormente citado. La mayoría de programas, de actividades, de reuniones son en referencia a los alumnos, y eso está bien. ¿Pero quién “cuida” a los docentes? ¿Quién se encarga de su bienestar en el trabajo? Sí, la respuesta más sencilla es que ellos mismos. Pero es que ellos mismos, en muchas ocasiones se sienten tan agotados y menospreciados que no tienen ni ánimos para motivarse por sí solos. Muchos, por ejemplo, no han desarrollado habilidades para enfrentarse a estos conflictos, o no están preparados para una situación concreta. Algunos, se implican demasiado con los alumnos y les termina afectando también a ellos.
Desgraciadamente, más personas de las que me gustaría, se estarán preguntando: “estrés docente, ¿es eso posible?”. Parece ser que algún sector de la sociedad española, todavía no se ha dado cuenta que el personal educativo es uno de los peores reconocidos y tratadas desde hace algunos años. ¿Qué puede provocar entonces ese malestar en los docentes? A mí se me ocurren un montón de cosas a exponer:
◦Muchos alumnos para un único profesor: pues sí, en muchas ocasiones, hay aulas compuestas por 30 alumnos para un único docente. ¿Es eso normal? No, por supuesto que no. Habitualmente, el maestro o profesor se encuentra sólo en clase. Tiene que enfrentarse a estudiantes diferentes, con distintas habilidades y capacidades, con ritmos de aprendizaje muy dispares, y con un sin fin de intereses. Cada día, tiene que adaptar sus clases, tiene que centrarse en todos los alumnos y dejar a un lado esa atención personalizada e individualizada que muchos centros dicen tener y muchos padres quieren que se de. ¿Pero cómo se va a llevar a cabo ese deseo? Para llegar a esa cumbre, haría falta por lo menos tener a tres docentes por aula todos y cada uno de los días. ¿Estarían dispuestas las autoridades a eso? No, me temo que no.
◦Lo que se aprende en la universidad, está lejos de ser práctico: es cierto, los que estudian magisterio no aprenden a tratar las dificultades de aprendizaje, por ejemplo. Y tampoco las necesidades específicas de los alumnos. En muchos casos, los docentes se encuentran con estudiantes de altas capacidades y no saben qué hacer. No por falta de capacidad ni de habilidades, sino simplemente porque no les han enseñado. Pueden tener apuntes, pueden saberse la teoría de memoria. ¿Pero qué pasa en la práctica? Y se sienten perdidos.
◦Seamos sinceros; no todos los alumnos tienen ganas de aprender: pues sí, es de sobra conocido, que muchos alumnos presentan falta de interés y poca motivación. Que se sienten desanimados y que no tienen ganas de aprender cosas nuevas. El docente, se esforzará en crear un innovador y atractivo proceso de enseñanza-aprendizaje, para llamar la atención de los estudiantes, pero hay veces que las expectativas no se cumplen y no se ha generado el clima ni la actitud que ellos esperaban.
◦Sí, hay familias que insultan a los docentes. Y no sólo en una ocasión: desgraciadamente, hay familias que culpan a los maestros de todo lo que le pase a sus hijos. Se crea un escenario de críticas, de malas palabras, de acusaciones y de ofensas hacia el profesor. Hay padres, que están lejos de ser personas civilidades y con buena comunicación. Y algunos de ellos, pueden llegar a insultos e incluso a acosar al profesor.
◦Los futbolistas son más importantes que los docentes: ya se puede dar el caso de que un profesor haya hecho algún logro importante, que seguramente no será reconocido por las demás personas ni por los medios de educación. Hay muchos docentes que cada día se esfuerzan y dan lo mejor de sí mismos para los alumnos. Pero claro, da más audiencia que Cristiano Ronaldo haya dejado a su novia.
¿Hay algo que se puede hacer al respecto? Evidentemente, sí. Los expertos dicen, que practicar deporte en cualquier situación de estrés es beneficioso, ya que reduce el riesgo de ansiedad. Evidentemente, los docentes necesitan tiempo para ellos mismos, y en muchas ocasiones, ese tiempo de ocio o de estar con sus familias y amigos, lo dedican a corregir exámenes, trabajos, actividades o a preparar las clases, y eso les genera más sensación de malestar. No se debería dar casos en que los maestros dejaran de hacer cosas que les gustan por exceso de trabajo (ojo, ni los maestros ni ningún trabajador).   También, es muy importante que el docente fomente su autoestima y que potencie las actitudes positivas que tenga a lo largo del día. Que sea consciente de los obstáculos que ha superado y de que su esfuerzo ha merecido la pena. Y que por supuesto, en situaciones límites que no sepa cómo actuar (porque… ¡oh, madre mía!, el docente no lo sabe todo), pida ayuda a los pedagogos, directores y demás personal educativo del centro.
Como es obvio, desde el propio centro también se pueden plantear diversas actividades para reducir el estrés docente en las aulas, como por ejemplo diferentes cursos de formación, reuniones mensuales para que los maestros hablen de sus experiencias, de sus dudas, de sus inquietudes, fomentar la comunicación y la relación entre el personal educativo creando grupos de trabajo y de colaboración entre ellos, apoyándose en las situaciones y casos en las que sean posible. Quizás, empezando por eso, los docentes se sentirían valorados por el lugar del trabajo, y estarían más motivados en las clases. Pero, ya sabemos que en gran parte de los colegios, institutos y universidades, realizar esos programas, les parece una pérdida de tiempo, y en muchas ocasiones, los propios docentes se ven obligados a buscar ayuda externa para no verse superados.
Aunque a la gente le cueste creerlo, la docencia es una de profesionales que más estrés produce. Muchos psicólogos dicen que el número de maestros que pasan por sus consultas está ascendiendo a un ritmo vertiginoso. Algunos de ellos, afirman haber pasado por depresiones provocadas por el exceso de trabajo y el poco reconocimiento y estima que se les tiene. Lo que es cierto, es que como la mayor parte de la sociedad sigue sin darse cuenta de lo que realmente llegan a hacer los profesores, como no son conscientes de su implicación con los alumnos, me temo que este problema tardará en solucionarse y que estará presente durante varios años más. Además, como viene siendo habitual, estas situaciones pasarán desapercibidas por la mayor parte de las personas. Pero, ¿no son los docentes superhéroes camuflados? Pues no, señores míos, está claro que no lo son.
Fuente: http://www.nuncajamasyyo.com/el-estres-docente-un-hecho-al-que-casi-nadie-parece-importar/

martes, 15 de marzo de 2016

A veces para vivir tenemos que ignorar a muchas personas

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A veces para vivir tenemos que ignorar a muchas personas

Para ser felices tenemos que saber ignorar a muchas personas. Tenemos que aprender a vivir y a desatender aquellas actos, palabras o sentimientos que pretendan o consigan anularnos.
Sencillamente hay personas que resultan conflictivas y que nos atormentan con sus quejas, con sus juicios y con sus dramas. Esto puede resultar agobiante, abrumador y altamente tóxico, pues condiciona nuestro bienestar a la incertidumbre de sus actuaciones.
Por eso tenemos que dejar de alimentar aquellos intercambios que nos chupan la energía y nublan nuestra realidad. Así que lo primero que hay que aprender es a ignorar a cierta gente en aquellos momentos en los que nos estén haciendo daño.
feliz

Aléjate de todo lo que te aleje de ti

Aléjate de lo que te haga daño, de lo que oscurezca tu vida, de lo que  se convierta en siniestro. Aléjate de las personas tóxicas porque tu salud lo agradecerá. No permitas que se desmorone tu mundo.
La balanza emocional debe inclinarse por el lado de tu bienestar y, aunque el sufrimiento es inevitable y debemos aceptarlo, es imprescindible que lo sepamos manejar a voluntad. O sea, que a los demonios a veces hay que abrazarlos para lograr verlos como “menos malos”.
No te olvides de que de vez en cuando tenemos que descargarnos. La mente, como el cuerpo, debe desintoxicarse de radicales libres, de emociones negativas, de pasados conflictivos, de personas que la desestabilizan.
 
Niña volando con un globo de corazón en la mano

Dejar ir el sufrimiento

Decirle adiós al sufrimiento puede que sea una tarea complicada pero a veces es importante parar y restablecer nuestras prioridades. Por eso debemos plantearnos escapar de las emociones dolorosas, aquellas que no son sanas y que nos atormentan, que nos impiden evolucionar.
Como en su día dijo Epícteto, “lo que nos perturba no son los hechos, sino lo que pensamos sobre ellos”. Por eso importante que sepamos identificar, expresar y valorar nuestras emociones de manera estratégica. Veámoslo a continuación:

1. Expresando nuestros sentimientos y emociones 

Como se suele decir, a veces no necesitamos que una mente brillante nos hable, sino que un corazón paciente nos escuche. Nuestras emociones nacen para ser experimentadas, por lo que retenerlas por miedo solo consigue enturbiar nuestra realidad.Por ejemplo, si acumulamos tristeza podemos facilitar la aparición de la depresión.

2. Analizando las creencias que sostienen a las emociones dolorosas

Es natural que nos preocupemos por rendir en los estudios pero no podemos terribilizar nuestros errores, pues así solo alimentaremos malos sentimientos. O sea, que no hay peor tormenta que la que uno se forma en la cabeza.
No es igual pensar que “es terrible que nuestro hijo se haya ido de casa” que creer que “aunque nos pone tristes que se haya marchado, es normal que lo haya hecho”. Esto último favorecerá la aparición de la ansiedad y de la depresión.
Este mismo razonamiento lo podemos amoldar a diversas emociones. De esta manera, tenemos que pelear por evitar la vergüenza, pero no la decepción, por eliminar la culpa, pero no el remordimiento, y por deshacernos de la ira, pero no del enfado.

3. Transformando, liberando y depurando esos sentimientos y emociones

Analizar nuestras emociones y sentimientos no es suficiente, debemos explorar qué es lo que se esconde tras ellas. Esta es la única manera de liberarnos. Puede que sea inevitable que permanezca una parte de “insana” en nuestras emociones y pensamientos, pero lo que tenemos que tener claro es que no debemos alimentarlo.
manos-bonitas

No dejes ir a las personas que hacen bonito tu mundo

No dejes ir a aquellas personas que hacen lindo tu mundo, deja marchar a las que lo anulan. Conserva en tu vida todo aquello que te ayude y aquello que te haga mejor persona.
Sufrir, aguantar y sacrificar tu vida no te valida como ser humano ni te hace mejor, solo te atormenta y te merma. Rodearse de personas negativas consigue oscurecer todo aquello que brilla en nosotros.
Via lamentesmavillosa

miércoles, 9 de marzo de 2016

Qué es la esquizofrenia y cómo tratarla

Qué es la esquizofrenia y cómo tratarla
La esquizofrenia es un trastorno mental que impide diferenciar lo real de lo irreal. Pensar de manera clara y actuando de forma anormal en situaciones sociales.

Hay diferentes causas por las que se produce esta enfermedad. Este tipo de enfermedad se da en hombres y mujeres en la adolescencia o en la madurez.

Síntomas

Los síntomas no se manifiestan desde un principio sino que va poco a poco. Se puede tener problemas para conservar amigos y en algunos casos pensamientos o comportamientos suicidas.

Síntomas iniciales

-Sentirse irritable o tenso ante cualquier situación.
-Dificultad para concentrarse.
-Dificultad para dormir.
-Aislamiento.
-Tener alucinaciones.
-Problemas para prestar atención.
-Tener conversaciones sin sentido.
-Mezclar diferentes temas.
-Tener delirios.
Qué es la esquizofrenia y cómo tratarla

Tratamiento

Lo más común es que por temas de seguridad el paciente tenga que ser ingresado en un hospital de salud mental. La mejor manera de llevarlo es con medicación pero en ocasiones pueden aparecer efectos secundarios como por ejemplo:

-Vértigo.
-Sensación de inquietud o nerviosismo.
-Temblor.
-Aumento de peso.
    

-Movimientos lentos.


Lo normal que al ser una enfermedad cónica se tenga que estar toda la vida tomando la medicación.

Para mejorar esta enfermedad es aconsejable que las familias se hagan cargo de este tipo de personas.

Hacerle frente al problema incluso cuando se está tomando la medicación.

Llevar una vida saludable, dormir bien y no tomar drogas.

Tomar la medicación correctamente y saber tratar los efectos secundarios si se dan.

Tener los servicios de apoyo correctos.

Estar atentos para la manifestación de los síntomas cuando regresan.

Prevención

Esta enfermedad no se puede prevenir. Solo y exclusivamente se equilibra la mente con medicación, la cual solo se puede dejar de tomar si el médico lo decide. 

lunes, 7 de marzo de 2016

Finlandia sustituye asignaturas por proyectos en 2016

Finlandia sustituye asignaturas por proyectos en 2016

Primero fue la caligrafía y ahora las asignaturas. El sistema educativo finlandés, conocido como uno de los mejores del mundo, prepara un cambio radical con el que espera mejorar la calidad de sus escuelas. Las clases tradicionales serán desplazadas por los proyectos temáticos, que adquirirán un mayor protagonismo en las aulas.

A partir de 2016, todos los centros de enseñanza del país nórdico empezarán a aplicar un método nuevo conocido como Phenomenon Based Learning. Bajo este sistema, las clases tradicionales serán desplazadas por proyectos temáticos en los que los alumnos se apropiarán del proceso de aprendizaje.
Según ha asegurado a la BBC Marjo Kyllonen, gerente de educación de Helsinki, “en la educación tradicional, los alumnos van a su clase y tienen clases de matemáticas, después de literatura y luego de ciencias. Ahora, en lugar de adquirir conocimientos aislados sobre diferentes materias, el papel de los estudiantes es activo. Ellos participan en el proceso de planificación, son investigadores y también evalúan el proceso”.
Según Kyllonen, “el motivo de este cambio es que la forma tradicional de educación, dividida entre diferentes materias, no está preparando a los niños para el futuro, cuando necesitarán una capacidad de pensamiento interdisciplinaria, mirar a los mismos problemas desde distintas perspectivas y usando herramientas de distintos tamaños”.
Estas declaraciones fueron interpretadas en todo el mundo como la abolición de las asignaturas tal y como las conocemos hoy en día. Sin embargo, el Finnish National Board of Education aclaró que las clases tradicionales no desaparecerán por completo, al menos de momento. Aunque el nuevo currículum hace hincapié en las clases prácticas y colaborativas, en las que los alumnos trabajarán con varios profesores simultáneamente, seguirán conviviendo con algunas clases tradicionales.
Finlandia elimina las asignaturas
Finlandia sustituye asignaturas por proyectos

“Alumnos investigadores y “profesores mentores”

Los cambios en el sistema educativo en Finlandia también implican importantes cambios para los profesores, que ya no tendrán el control acostumbrado sobre sus cursos. A partir de ahora deberán aprender a trabajar de forma colaborativa con sus alumnos y con otros docentes. Su trabajo dejará de basarse tanto en clases magistrales y será más parecido al trabajo de un mentor o de un coach que al de un catedrático. Por eso, hasta marzo de este año, el 70% de los profesores de Helsinki habían recibido formación para poder aplicar este nuevo método.
Según ha explicado Kyllonen, “no se trata de que los profesores puedan simplemente sentarse atrás y ver que pasa”. Su papel es aún más importante que en el sistema tradicional, así que deben tener mucho cuidado en cómo aplican este método”.

“Aprendizaje por proyectos”

El modelo que se implantará el año que viene en Finlandia es muy similar a lo que en España se conoce como el “Aprendizaje por proyectos”. Un plan que se está llevando a cabo en muchos colegios en la etapa de Infantil (de 3 a 5 años), aunque son muy pocos los que se atreven a aplicarlo en Primaria.
Algunos colegios aseguran hacerlo, pero continúan con la distinción por asignaturas y los tradicionales libros de texto, lo que convierte el curso en una maratón agotadora para alumnos y profesores, que tienen que preparar los proyectos, seguir el temario de los libros de texto, hacer y corregir exámenes… ¡Una locura!

El nuevo modelo de los jesuitas

Los colegios de jesuitas de Cataluña, en los que estudian más de 13.000 alumnos, han comenzado a aplicar recientemente un sistema similar. Este año están implantando un nuevo modelo de enseñanza que ha eliminado asignaturas, exámenes y horarios y ha transformado las aulas en espacios de trabajo donde los niños adquieren los conocimientos haciendo proyectos conjuntos.
Los jesuitas, que en Cataluña cuentan con ocho colegios, han diseñado un nuevo modelo pedagógico en el que han desaparecido las clases magistrales, los pupitres, los deberes y las aulas tradicionales. El proyecto ha comenzado en quinto de primaria y primero de ESO en tres de sus escuelas y se irá ampliando al resto.
Para llevar a cabo el proyecto, que lleva por nombre “Horizonte 2020”, los jesuitas han derribado las paredes de sus aulas y las han transformado en grandes espacios para trabajar en equipo, unas ágoras en las que hay sofás, gradas, mucha luz, colores, mesas dispuestas para trabajar en grupo y acceso a las nuevas tecnologías.
Alumno aburrido
Alumna aburrida
Con el actual modelo de enseñanza tradicional, los alumnos se están aburriendo y están desconectando”
Según ha explicado el director general de la Fundación Jesuitas Educación (FJE) de Cataluña, Xavier Aragay, “con el actual modelo de enseñanza tradicional, los alumnos se están aburriendo y están desconectando del sistema, sobre todo a partir de sexto de primaria”.
Según Xavier Aragay, “la educación está sobresaturada y ya no es posible remendarla”. Durante “La Educación del SER”, Aragay afirmó que  “el cambio debe ser sistémico y disruptivo”.
Bibliografía utilizada: