Si no fuera por las muchas ropas que lleva puestas doña Gertrudis no haria sombra en el suelo;
y los vientos del invierno volarían por los aires.
Pero ella camina por las calles de Montevideo,encorvada como un signo de interrogación y solita se las arregla para hacer sus cosas y seguir viviendo(...)
Eduardo Gañeano
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