Ana María Castro Luca.
Lic. en Cs de la Educación
La escuela no es
neutra.
Hoy en día las instituciones educativas han cambiado los
métodos y la forma de enseñar.
Los padres desde afuera ,pueden participar en forma
directa o indirecta en la educación de
sus hijos haciéndola más fructífera.
La comunidad es un sector importante que le da identidad
a la institución escolar .Ese lugar tan fantástico en donde conviven muchas
culturas tiene sentimientos.
Muchos
padres vienen a veces a la escuela
inseguros o desconformes de la forma de enseñar de los maestros.
-“...Yo
no estoy de acuerdo con la forma con que la maestra enseña...”
-“...Este año parecería que la maestra manda los deberes
para los padres y no para los alumnos...”
-“...Que
mi hija haga sola las tareas, o...es para mi la nota del carné!...”
A
veces quedan conformes de las explicaciones que los maestros dan de sus
actividades y otras veces no.
Pasiones,
encuentros, desencuentros, alegrías, sustos, asombros, suerte del docente de
este año, son algunos de los tantos sentimientos que se viven a diario.
Es
que la escuela no es neutra. Tiene espíritu, pasión, afectos. No es meramente
un edificio donde se cumplen tareas, formulismos y horarios.
La
escuela late desde que abre sus puertas hasta que las cierra a la salida del
último alumno.
Y
aún así, luego la escuela sigue latiendo. Cada integrante, maestros, padres,
alumnos y vecinos llevan a sus hogares para compartir todo lo que vivieron en
la jornada.
-“...La
maestra dijo hoy que...”
“-....Qué
hablaron en clase?....
“-Sólo
eso escribiste en el cuaderno?...”
“...-Aprendiste
algo hoy?
La
sala del aula ,ese espacio en donde se desenvuelve un proceso de interacción
entre la enseñanza y el aprendizaje, entre los objetivos y propósitos entre los
afectos y las responsabilidades no tiene fronteras. Porque en cada hogar se
comenta lo que se hizo en clase. Cada uno libre de pensamiento opina, discute y
argumenta esta acción.
Todo
esto es parte de la búsqueda de identidad, a nivel localidad, familiar o
personal.
Por todo esto hoy en día las instituciones reclaman
la participación de los padres en el quehacer educativo. Participación
entendida como la forma de colaborar con la escuela desde el rol que ocupa .
-“Mire maestra a mi no me gusta su forma de enseñar, los
niños no aprenden...”
-“-¿Por
qué no manda menos tareas...?
Los docentes nos hemos visto a diario
cuestionados e interpelados .Es muy difícil de trabajar cuando los
sentimientos y los afectos atraviesan el
currículum escolar.
“-A veces me desanimo de ver de
cómo conformar a los padres, a la institución ,a mis niños y a mi misma...”
Es realmente un desafío el evitar fragmentación donde lo
que se busca es espacios de trabajo cooperativo .La educación que cada uno como
padre tuvo, difiere mucho de la que hoy se ve en las aulas. Los encuentros y desencuentros
de padres y escuela surgen a diario porque es muy difícil interpretar la vida dentro del aula. La acción multicultural de la escuela hace que
los maestros tengan que actualizarse
para dar respuestas a las necesidades de las familias que conviven en el día a día.
Surgen desde la interna de cada
escuela. los diálogos de los docentes preguntándose en la agenda educativa ¿cómo enseñar ¿ ¿qué enseñar? Y ¿ para qué enseñar.? Cómo así ,las dudas o
incertidumbres de las familias sobre el accionar docente.
Son profesionales, casi expertos en educación, apasionados de su trabajo
y tienen muchos recursos a utilizar en
cada situación y hacer uso de criterios acordes y establecidos en cada institución.
Los padres sólo deben velar para que
éstos propósitos se cumplan y dejar que quienes han elegido la profesión
docente tienen la aptitud para eso, den
prioridad a la enseñanza, apliquen el plan de estudios previamente planificado.
Ayudar “desde afuera” significa
colaborar apoyando la labor, incentivando
al hijo a contribuir, colaborar y sobrellevar el curso. Acercarse a la escuela
para conocer al docente, tratar de tomarle afecto, porque es quien está cerca
del pequeño estudiante para ayudarlo a aprender
a crecer.
La escuela, las aulas es razón e
intuición, es saber y es sentimiento, es diseñar previamente y tener
plasticidad parea resolver cuestiones que se presentan. Es el espacio de las
rutinas, pero también el espacio de creación, de formación de hábitos con
cierto rigor disciplinario, pero también con afecto y cariño.
Hay que pensar la escuela e
interpretarla. Todos somos parte de una
historia colectiva social donde cada uno es una individualidad lo que significa
también que dentro de esta trama social ,el ser docente( que es quien está preparado
para enseñar el currículo), el ser alumno )quien debe venir a la escuela para
aprender) y el ser padres (quienes son los que deben apoyar el proceso
educativo y no interceptarlo ) son los actores que deben buscar la manera de
convivir, adaptarse y aceptarse.
Ana Maria Castro Luca
Docente y E. Licenciatura en Ciencias de la
Educación.
anamaria28@hotmail.com
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