Ana María Castro Luca
Docente.
E Licenciatura en C.
de la Educación
anamaria28@hotmail.com
Fin de cursos.
Los
alumnos y los docentes finalizan las
clases para disfrutar de sus vacaciones.
Miles
de niños , jóvenes maestros y profesores , estrenan vacaciones con la ilusión y las ganas
de disfrutar de un verdadero descanso
intelectual.
Para
la mayor parte de la población adulta de nuestro país pasó ya la temporada mas
ajetreada del año. En algunos casos el trabajo fue más intenso, en otros no.
Sea
cual fuere el caso, las responsabilidades asumidas generaron mayores horas de
trabajo y dedicación ,esfuerzo, disciplina , hábitos, generando a veces
angustias, a veces alegrías ,otras cansancio y también estrés.
Sentimientos
contradictorios de los docentes y los alumnos.
Algunos
colegios y escuelas de la ciudad culminan en el mes de diciembre ,el año
lectivo y puede observarse, especialmente, en los rostros de los estudiantes de
que cursan su último curso y grados superiores ,sentimientos de alegría y
tristeza. Estos sentimientos ambivalentes son fáciles de explicar.
Es
que si bien, por un lado hablamos de alegría , es porque se termina una etapa y empiezan nuevas experiencias y adaptaciones con un
previo y merecido un descanso , por el otro lado, sentir tristeza y nostalgia es
comprensible, porque durante el año se han construido fuertes relaciones de
amistad, afecto, compañerismo que cuesta abandonar, porque las personas que hasta hace poco
compartían cosas y momentos juntos en el diario vivir , toman distancia y toman rumbos diferentes.
El
fin del período lectivo se vive de muchas maneras.
Es
un hito importante en la vida escolar y en las personas que lo integran.
Fiestas de fin de curso, paseos de fin de año, medallas, recuerdos, palabras
emotivas que tiñen esos días de profundo sentimentalismo. Salidas y festejos se
viven con intensidad.
La
manera en que se concreta el fin de curso revela emociones, actitudes, formas
de pensar la realidad que hasta este momento era rutina.
Es
el momento en que todos nos ponemos sensibles a la hora de hacer un balance del año, de lo bueno que nos
ha pasado y de lo malo que tuvimos que
vivir , de todo aquello que hemos hecho y de las cosas que hacen que el año
haya sido diferente, o igual, o mejor o peor que otro.
¿Con quien se van de vacaciones los niños?
Llega
el verano y con él las vacaciones escolares.
Muchos padres se preguntan ahora qué hacer con los hijos, cómo combinar el
tiempo libre con actividades que le supongan algún tipo de enriquecimiento
intelectual, personal.
Muchas familias deben planificar bien estas
vacaciones. Sobre todo aquellas de padres separados o de familias ensambladas
porque por lo general cada padre o madre quiere pasar. Algunos padres y madres deben compartir a sus hijos en estos períodos.
Por lo que los niños se tensionan o se alegran a la hora de elegir con quien
pasar sus vacaciones.
Promesas que van y vienen
y pequeños caprichos de los niños ,son situaciones que la familia debe enfrentar a la hora de satisfacer las
demandas para que todos estén contentos .Familias unidas con un destino en
común y familias compartidas que sobrellevan la convivencia en estos días de grandes cambios en los hogares.
Los hijos de padres divorciados aprovechan esta
oportunidad para pedir todo lo que no tienen el resto de los meses y los padres
o madres se desviven para no
desilusionarlos. Es bueno usar un término medio.
Muchas veces las vacaciones de los adultos no
coinciden con la de los niños.
Para
muchos padres las vacaciones escolares representan una etapa complicada. A las
dificultades típicas se suman los problemas de esa larga convivencia y con la
preocupación de cómo hacer pasar lo mejor posible a los que deben descansar. Padres-madres,
abuelos, tíos e hijos pasarán a convivir mas horas en casa , no son ajenos
a este inevitable cambio que les demanda tomar decisiones con respecto
a horarios, ocupaciones, relaciones.
Hay desajuste entre los horarios y las
vacaciones escolares y los horarios laborales de los padres y madres.
Todas
las personas, de todas las edades tienen un espacio para reflexionar a terminar el año.
Cada
uno se les viene a la mente como una serie de diapositivas mentales imágenes de
sucesos o hechos más importantes. Otros quedan detrás. Los simples , las
rutinas.
Para
unos el año pasó volando ,para otros duró una eternidad.
Para
aquellos que terminan este año la
primaria las emociones van desde la alegría, hasta la congoja.
¿Los esfuerzos y el
trabajo han sido provechosos?
Terminar
el año escolar no siempre es como uno
piensa.
Aprobar
o reprobar es una decisión difícil en la que deben estar involucrados los
padres y el colegio. El impacto de la repetición puede ser distinto para cada
niño dependiendo de muchos aspectos principalmente el que tiene que ver con las
diferencias individuales. Muchos niños se benefician con el hecho de volver a
cursar un grado, y los cambios, aunque dolorosos pueden reportar resultados
positivos. Sin embargo, para otros ,puede experimentarse como una fuerte
sensación de fracaso.
Para
los niños pequeños la mayoría de las veces esta decisión resulta beneficiosa,
ya que la inmadurez es el motivo más frecuente por el cual no alcanzan los
objetivos curriculares. El asunto, en este caso, es cuestión de tiempo y
"quedarse repitiendo" es ganar en autoestima, confianza y seguridad
en sí mismo. Cuando son adolescentes la situación es un poco mas difícil por
que las relaciones sociales están mas estructuradas y no avanzar al año
siguiente implica el alejamiento de su grupo de amigos que en ese momento es un
referente de gran influencia. Sin embargo, muchas veces ellos mismos son
conscientes que avanzar con ‘lagunas’ puede acarrearles más problemas en los
años siguientes.
Lo
más importante es evaluar de manera precisa la situación particular con el
propósito de comprender los factores que influyen en el aprendizaje exitoso.
Perder el año como se dice comúnmente o
reprobar ,no tiene que ser una tragedia familiar y por eso dejar a los niños o
niñas sin el disfrute de sus vacaciones..
Las
vacaciones no se viven siempre de la misma manera…
Los
padres tienen que tener en cuenta que los hijos crecen. Que de marzo a ahora
han madurado notoriamente. Que lo que se planificó el año pasado quizás no
resulte este año. Hay que ponerse las pilas y estar al tanto de los intereses
según las edades.
De
repente descubren que sus hijos han crecido, o que ya no les sirven las
actividades del año anterior, que les plantean situaciones o problemáticas
diferentes, que los ponen a prueba.
A veces las vacaciones se convierten en una
carrera de obstáculos, cuando en realidad deberían constituir una oportunidad magnífica
para profundizar en las relaciones y en el descubrimiento de cómo van
evolucionando los miembros de la familia. Las vacaciones son el momento ideal
para nuevas experiencias, para fortalecer afectos, quitar tensiones, potenciar
encuentros…
Muchas
veces es bueno recurrir a los abuelos o tíos para realizar encuentros y
fortalecer vínculos que durante el año debido a las agendas de los chicos era
imposible .
Hay
que saber planificar unas buenas vacaciones. Para que sea posible, es necesario
tener ideas claras para no cometamos, como
no perder el rol y lugar de padres ;al
dejar libremente la elección a los niños de donde pasar y con quien las
vacaciones.
Cuidarlos
si pero…evitar el exceso hasta el punto
que las vacaciones no sean un disfrute; Además recordar que todos los hijos no
tienen los mismos gustos. Hay que contemplar todas las edades.
¿Quién se acuerda de los
docentes?
Las
instituciones educativas entran en receso. En un corto letargo. Sin los niños o
los adolescentes las aulas quedan silenciosas esperando que culminen las
vacaciones para albergar a los alumnos nuevamente. Es que sin ellos, los
maestros y profesoras no tendrían sentido concurrir.
Los
docentes que han generado un fuerte vínculo que trasciende más allá de lo pedagógico también tienen
estos mismos sentimientos que tienen los alumnos y los padres de éstos. Cuesta
“ despegarse” del grupo formado donde se
compartieron muchas cosas fuertes y vivencias enriquecedoras. Piensan en los
proyectos, en los objetivos propuestos al comienzo del año, en sus expectativas
para que los saberes hayan dado frutos.
Pero
también es bueno pensar en sus
vacaciones y saben recordar a menudo alguna anécdota del año o extrañan a los niños
que han estado cientos de días en las aulas.
Y
casi siempre comparten un sentimiento en común con sus alumnos… ¡las vacaciones
son cortas!
Ana María Castro Luca
Docente.
E Licenciatura en C.
de la Educación
anamaria28@hotmail.com
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