viernes, 17 de enero de 2014

Gente Tóxica de Bernardo Stamateas

Art. 348
GENTE   TOXICA

Cómo identificar y tratar a las personas que te complican
la vida para relacionarte sanamente
BERNARDO STAMATEAS
ÍNDICE
Introducción
CAPÍTULO 1 Los mete-culpas
CAPÍTULO 2 El envidioso
CAPÍTULO 3 El descalificador
CAPÍTULO 4 El agresivo verbal
CAPÍTULO 5 El falso
CAPÍTULO 6 El psicópata
CAPÍTULO 7 El mediocre
CAPÍTULO 8 El chismoso
CAPÍTULO 9 El jefe autoritario
CAPÍTULO 10 El neurótico
CAPÍTULO 11 El manipulador
CAPÍTULO 12 El orgulloso
CAPÍTULO 13 El quejoso.
CAPÍTULO 14 El poder de las palabras.
CAPÍTULO 15 Libres de la gente.
Bibliografía

INTRODUCCIÓN
Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos encontrado con personas
problemáticas (jefes, amigos, familiares, etc.). En todo grupo humano, ¿quién no se
ha enfrentado con un manipulador que quería que hicieras todo lo que él disponía,
con un psicópata que se había predispuesto a hacerte la vida imposible, con un jefe
autoritario que pensaba que podía disponer de tu vida las 24 horas del día, con un
amigo envidioso que celaba todo lo que obtenías, con un vecino chismoso que
controlaba a qué hora salías y entrabas a tu casa y con quién?
Más allá del dolor que nos generaron estas personas, las preguntas de quienes
alguna vez tuvimos que convivir con ellos son: ¿qué hago?, ¿cómo pongo límites sin
lastimar ni lastimarme?, ¿cómo puedo lograr que esta "gente tóxica" no entre a mi
círculo afectivo íntimo?
De todo esto trata este libro.
Muchas veces permitimos entrar a nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los
envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en
fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan qué
dijiste, qué hiciste y por qué hiciste o dijiste algo (o por qué no lo hiciste o no lo
dijiste).
Se trata de personas tóxicas que potencian nuestras debilidades, nos llenan de
cargas y de frustraciones.
Ellas, por cierto, saben todo lo que pasa en el ojo ajeno, pero se olvidan de ver qué
es lo que percibe cada uno de sus sentidos ¡No permitas que nadie tenga el control
de tu vida ni boicotee tus sueños!
Conéctate con la gente correcta, confía en ti. ¡Estás capacitado para hacerlo! Si
tienes en claro tu propósito y tus sueños podrás tener el control de tus emociones y
de decidir a quienes quieres elegir para que te acompañen. El problema se suscita
cuando decidimos quién nos acompañará mucho antes de tener en claro adonde
queremos llegar. El propósito de tu vida es tuyo y sólo a ti te pertenece diseñarlo. La
solución está en ti. Desafíate cada día a más, á mucho más.
Habrá personas que darán valor a tus sueños. Otras menospreciarán todo lo que te
propusiste. No valores ninguna de aquellas palabras o sugerencias que provienen de
"los tóxicos."

El que no se alegra de tu avance o de tus sueños, que diga lo que quiera, tú prosigue
hacia la meta, no te amarres a quienes no se alegran con tus éxitos. Desprecia la
opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una de sus
palabras y de sus acciones.
No idealices.
No esperes nada de nadie.
Cada capítulo de este libro es independiente uno de otro; cada uno de ellos tiene un
principio y un final pero un mismo tema que los une: "la gente tóxica". Puedes
comenzar por el que más te guste, o por el que pienses "éste es para mí", y recuerda
que podemos liberarnos de toda clase de gente tóxica. En este texto, encontrarás
técnicas que podrás poner en marcha. Una vez ejercitadas, vislumbrarás el camino
hacia la autonomía mental, liberándote de culpas falsas y ajenas. Es tiempo de
proponernos, cada uno en lo suyo, ser excelentes; no nos conformemos con menos.
Cambiar es sencillo, es sólo una decisión que hoy está a tu alcance.

1. ¿Culpable o Inocente?
La culpa es uno de los sentimientos más negativos que puede tener el ser humano y,
al mismo tiempo, una de las maneras más utilizadas para manipular a los otros. Los
psicólogos establecen que la culpa es la diferencia entre lo que hice y lo que debería
haber hecho, entre lo que quiero y lo que debería hacer. La culpa es una emoción
que nos paraliza, que nos impide seguir desarrollando todo el potencial que tenemos;
la culpa es venganza, bronca y boicot contra uno mismo.
Vivir con culpa es vivir con cadena perpetua. Es condenarse a vivir insatisfecho,
victimizándose todo el tiempo por la vida que nos ha tocado vivir.
Ahora bien, la pregunta es: ¿nos tocó vivir esta clase de vida o hemos elegido erróneamente,
decidido equivocadamente?
La búsqueda central de todos los seres humanos está orientada a encontrar la
felicidad. Somos seres que fuimos creados para gozar, crecer, desarrollarnos, cumplir
nuestro propósito, satisfacer nuestras necesidades y alcanzar la tan anhelada
alegría.
El ser humano tiene necesidades básicas que requiere desarrollar para poder vivir
libre de culpas y así bloquear cada obstáculo que intente detenerlo. Veamos algunas
de estas necesidades:
• La necesidad física: podemos satisfacerla cumpliendo determinadas pautas tales
como comer sano, practicar ejercicio o realizar controles médicos periódicamente.
• La necesidad emocional: el ser humano es un "ser social" y, como tal, debe
establecer vínculos sanos con su entorno, recordando que puede compartir con otros
pero sin dejar de ser él mismo. Aquellos que saben elegir y relacionarse con pares
que agregan valor a su vida, alcanzan un bienestar emocional saludable que les
permite sentirse plenos y aptos para crecer y desarrollarse dentro del sistema
cultural en el cual están inmersos.
• La necesidad intelectual: ésta se satisface a medida que vamos creciendo y nos
vamos nutriendo de sabiduría, desechando paradigmas erróneos, eligiendo
mentores y expandiendo nuestra mente con creencias verdaderas-


La necesidad espiritual: todos los seres humanos nacemos con un espíritu que
requiere ser alimentado. Tal vez te preguntes: ¿cómo hacerlo? Esta necesidad se
satisface sirviendo a Dios, descubriendo el propósito de nuestra vida y desarrollando
una fe sólida que nos permita avanzar y sortear los obstáculos que puedan
presentarse. Cada uno de nosotros hemos nacido con un propósito único y especial,
con un sueño que sólo nosotros mismos podemos cumplir.
Cuando una de las áreas de nuestras vidas no alcanza toda su capacidad de
expresión nos sentimos con culpa, nos volvemos vulnerables a la queja, a las demandas
y a la manipulación. Si le damos permiso a la culpa que para que crezca y
ocupe cada vez más espacio dentro de nuestras emociones, ésta se convertirá en la
causante de una depresión que sabremos dónde comienza pero no dónde termina.

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