Fábula para niños: La ballena feliz
La ballena Sally era conocida en el mar como una ballena muy feliz, que continuaba andaba haciendo piruetas y jugueteando de aquí para allá y de allá para acá.
Los juegos de Sally animaban a todos los que la veían, pero algunos, los más sabios, le habían advertido que debía ser un poquitín más responsable, en aras de que su juego no le trajese nunca malas pasadas.
Pero Sally no hacía mucho caso a esto, y siempre jugueteaba y daba enormes saltos sin pensar en consecuencia alguna.
Así, un día saltó y nadó tanto, que no se percató de cuánto se había acercado a la orilla. Cuando se vino a dar cuenta ya era muy tarde, pues se había encallado en la arena.
De inmediato unos niños que la habían visto venir acudieron a pedir ayuda a los adultos. Poco a poco la playa donde había encallado la ballena Sally se llenó de personas, que admiraban asombrados su belleza y tamaño.
Todos tenían la voluntad de ayudarla, pero cada vez que intentaban moverla la ballena se asustaba e impedía que pudiesen devolverla al agua y sus movimientos la hacían encallarse más y más en la arena.
Al percatarse de esto, las personas consideraron que solía podrían devolverla al agua con la ayuda de helicópteros, los que prontamente acudieron para rescatar y devolver la ballena Sally a su hábitat natural.
De esta forma, en pocos minutos la ballena estaba nuevamente en alta mar y volvió a ser la misma ballena feliz de siempre. Saltó más alto que nunca e hizo piruetas nunca antes vistas para agradecer y deleitar a todas las personas que la habían ayudado.
Siguió siendo feliz por siempre, pero a partir de ese día incorporó una lección que nunca más olvidaría. Divertirse y ser feliz no va contra el ser responsable.
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