sábado, 13 de diciembre de 2014

Estrategias para mejorar la memoria y potenciar el estudio

Art. 379


 Estrategias para mejorar la memoria y potenciar el estudio

En algún momento de nuestra vida todos hemos deseado tener mejor memoria, ya sea para mejorar en nuestros estudios o en nuestra carrera profesional o simplemente para acordarnos de todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día.
Para los estudiantes es algo fundamental poder optimizar su tiempo de estudio y sacarle el máximo partido. Además, una memoria entrenada les será muy útil en su vida profesional, y más en estos tiempos en los que es necesario reciclarse constantemente.
Entendiendo que mejorar la memoria consiste en mejorar el proceso de recuperación de la información y aumentar la retención de la misma, a continuación vamos a ver diez estrategias para mejorar la memoria.
Las estrategias recogidas aquí están destinadas a mejorar la eficacia durante el proceso de estudio y están extraídas de diversos estudios, libros y artículos sobre psicología cognitiva.
 

         Enfoca tu atención en lo que estás haciendo

La atención es uno de los principales componentes de la memoria. Para que la información pueda pasar de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo es necesario enfocarse en esta información. A la hora de estudiar o de intentar memorizar algo es importante estar en un lugar sin distracciones que nos permita centrar la atención.
 

Evita las distraccion y huye del "modo multitarea on".

  Establece sesiones de estudio regulares y no lo dejes todo para el final

No se trata de educar la disciplina, sino de ayudar a nuestra mente a procesar adecuadamente la información. Se ha demostrado que los estudiantes que estudian regularmente recuerdan mucho mejor el material de estudio que los que dedicaron sesiones maratonianas al estudio del mismo material.
 

Organiza tu tiempo y evita los “atracones”.
 

             Estructura y organiza la información

Los investigadores han demostrado que la información se organiza en la memoria en grupos relacionados entre sí. Por lo tanto, estructurando y organizando los materiales de estudio, agrupando los conceptos similares o haciendo resúmenes con notas tomadas a lo largo del estudio, es más fácil asociar la información relacionada y así mejorar el estudio.
 

Simplifica, esquematiza, analiza, relaciona. Tienes muchas herramientas y tecnología para hacerlo más fácil y entretenido.
 

  Utilizar técnicas mnemotécnicas para recordar la información

Las técnicas mnemotécnicas son estrategias empleadas para recordar la información que suelen ser muy personales. Funcionan como una “tecla de acceso” que nos permiten asociar algo concreto a lo que deseamos recordar. Algunas técnicas consisten en formar una palabra utilizando las iniciales de las primeras palabras de una lista para recordar todos los puntos o memorizar una serie de imágenes o dibujos divertidos, utilizar una canción, etc.
 

Elabora secuencias o palabras graciosas para recordar: Estudia en positivo.
 

          Elabora progresivamente lo que estás estudiando

Para recordar la información es necesario codificar lo que están estudiando en la memoria a largo plazo.  Para ello, una técnica muy eficaz consiste es profundizar progresivamente en un concepto comenzando por leer la definición del término clave, estudiar después ese término y luego profundizar en una definición más ampliada.  Repetir este proceso varias veces favorece la memorización.
 

Simplifica y añade poco a poco más información, no lo ataques todo de golpe
 

         Relaciona la información nueva con lo que ya conoces

Cuando te enfrentes a un material de estudio nuevo y desconocido, piensa primero cómo puedes relacionarlo con lo que ya sabes. Al establecer relaciones entre las nuevas ideas y los recuerdos previamente existentes conseguirás recordar la nueva información mucho mejor.
 

Pensar en lo que ya sabes te ayudará a darle mayor sentido y significado a la nueva información.
 

           Visualiza los conceptos para recordar mejor

La visualización es una de las técnicas más utilizadas y que mejores resutlados da. Para ello, es importante fijarse en las imágenes (fotos, esquemas, gráficos), utilizar colores y símbolos propios, hacer mapas mentales, dibujos personales, etc. Cualquier cosa que nos evoque el recuerdo vale.
 

Adornar tus apuntes te ayudará a visualizar mejor la información y a tener un material de estudio más alegre y positivo.
 

              Cuéntale a otro lo que has aprendido

Las investigaciones sugieren que la lectura en voz de la información mejora significativamente el proceso de memorización. Los educadores y los psicólogos han descubierto que cuando los estudiantes enseñan nuevos conceptos a los demás mejora su comprensión y el recuerdo de los mismos. Para aprovechar esta técnica puedes estudiar con un compañero o pedirle a alguien de tu familia o de tu entorno que te escuche.
 

Si no puedes contar con nadie puedes hacerlo igualmente imaginando una conversación o utilizando fotografías, pósters, muñecos… cualquier cosa con lo que te sientas cómodo.


  Presta especial atención lo más difícil y reestructura la información

Los investigadores han encontrado que el orden de la información puede jugar un papel importante en el recuerdo. Una técnica interesante consistiría en reestructurar la información, empezando por lo que nos resulte más sencillo recordar, dedicando un poco más de tiempo a lo que nos resulte más difícil.
 

Desmenuza la información y conviértela en algo fácil de digerir. Localiza lo que te cuesta más y dedícale un poco más de tiempo.
 

 

 Varía de vez en cuando tu rutina de estudio

Introducir una variante novedosa en la rutina de estudio rompe la monotonía y aumenta la eficacia de los esfuerzos realizados, ayudando a mejorar la recuperación de la información a largo plazo. Para ellos basta con cambiar el lugar de estudio, intentar encontrar otras horas distintas para estudiar o cualquier otra novedad que nos parezca interesante. No es necesario hacer un cambio radical, sólo buscar alternativas ocasionales.
 

Introducir alguna novedad hace más interesante el estudio y nos permite relajar la mente con un pequeño ejercicio de creatividad.
 
 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Adulto Mayor

 Articulo 378

Pacientes adultos mayores


Cuando hablan con una persona mayor, muchas personas simplifican excesivamente los mensajes, alteran el tono de voz o abusan de los diminutivos. Este tipo de comunicación puede provocar en el interlocutor baja autoestima o conductas dependientes.
La comunicación verbal con los adultos mayores usualmente está basada en estereotipos sobre la vejez.
Ésta se caracteriza por un ritmo más lento, entonación exagerada, volumen elevado, simplificación del vocabulario y es muy parecida a la que frecuentemente se emplea con niños pequeños.
Necesitamos utilizar una comunicación “positiva”...

 
Busca potenciar la independencia del adulto mayor
Equilibra la atención y el control de la situación, y transmite al adulto mayor que es capaz de comprender el mensaje y actuar independientemente.
 
Comunicación estereotipada:
Un cuidador(a) remunerado se dirige así a una adulta mayor que no es su madre:
—Madrecita, ya tiraste el jugo, bueno… No pasa nada mi cielo, ahora mismo voy por un trapito, limpiamos la mesa y te cambio esa blusita por otra igual de bonita.
La adulta mayor se mira la blusa, trata de limpiarla.
—No te preocupes mamita, en un ratito vas a estar bien guapa.
La interacción es excesivamente protectora y dominante, emplea una inapropiada intimidad y da por hecho la incapacidad de la adulta mayor.
Comunicación positiva:
Un cuidador (a) remunerado se dirige así a una adulta mayor:
—¿Qué pasó señora Laura?
—Se me cayó el jugo y me manché la blusa. Me la voy a cambiar.
—Estos vasos pesan mucho —comenta el cuidador(a)— no se preocupe. Si gusta, le ayudo a cambiarse y en seguida limpio esto y le sirvo jugo en un vaso más ligero.
 
Dominar la situacion de manera respetuosa
Reconocer la independencia del adulto
Eliminar diminutivos y palabras “empalagosas”
Evitar el plural inadecuado: nos ponemos…nos sacamos...
No hacer interrogaciones inapropiadas: hace frío, verdad?...
No hablar excesivamente lento
No simplificar excesivamente el vocabulario
No aumentar excesivamente el volumen de voz.
 
Si utilizamos una comunicación verbal positiva con los adultos mayores, hacemos a un lado la idea errónea de que son dependientes por el simple hecho de ser mayores. Asimismo estimulamos las capacidades cognitivas y funcionales de nuestro interlocutor.
Alzheimer o Demencia Senil
Utilizamos mayormente el lenguaje no verbal brindando seguridad y expresando sentimientos y deseos
No forzar, respetar silencios
No plantear interrogantes complicados
No preguntas abiertas..mas bien cerradas y claras
Utilizar lenguaje sencillo
Repetir todas las veces que sea necesario...sin nerviosismo
Coherencia entre lenguaje verbal y no verbal
Tomar la iniciativa
Sugerir..no ordenar
Frases cortas
Tono de voz calido y calmado
Dar pistas para las palabras...