Ana María Castro Luca
Art. 371
Docente.
Licenciatura en C. de la Educación
anamaria28@hotmail.com
Fin de cursos.
Los alumnos y los
docentes finalizan las clases para disfrutar de sus vacaciones.
Miles de niños , jóvenes maestros y profesores , estrenan vacaciones con la ilusión y las ganas
de disfrutar de un verdadero descanso
intelectual.
Para la mayor parte de la población adulta de nuestro
país pasó ya la temporada mas ajetreada del año. En algunos casos el trabajo
fue más intenso, en otros no.
Sea cual fuere el caso, las responsabilidades asumidas
generaron mayores horas de trabajo y dedicación ,esfuerzo, disciplina ,
hábitos, generando a veces angustias, a veces alegrías ,otras cansancio y
también estrés.
Sentimientos
contradictorios de los docentes y los alumnos.
Algunos colegios y escuelas de la ciudad culminan en el
mes de diciembre ,el año lectivo y puede observarse, especialmente, en los
rostros de los estudiantes de que cursan su último curso y grados superiores ,sentimientos
de alegría y tristeza. Estos sentimientos ambivalentes son fáciles de explicar.
Es que si bien, por un lado hablamos de alegría , es porque se termina una etapa y empiezan nuevas experiencias y adaptaciones con un
previo y merecido un descanso , por el otro lado, sentir tristeza y nostalgia es
comprensible, porque durante el año se han construido fuertes relaciones de
amistad, afecto, compañerismo que cuesta abandonar, porque las personas que hasta hace poco
compartían cosas y momentos juntos en el diario vivir , toman distancia y toman rumbos diferentes.
El fin del período lectivo se vive de muchas maneras.
Es un hito importante en la vida escolar y en las
personas que lo integran. Fiestas de fin de curso, paseos de fin de año,
medallas, recuerdos, palabras emotivas que tiñen esos días de profundo
sentimentalismo. Salidas y festejos se viven con intensidad.
La manera en que se concreta el fin de curso revela
emociones, actitudes, formas de pensar la realidad que hasta este momento era
rutina.
Es el momento en que todos nos ponemos sensibles a la
hora de hacer un balance del año, de lo
bueno que nos ha pasado y de lo malo que
tuvimos que vivir , de todo aquello que hemos hecho y de las cosas que hacen
que el año haya sido diferente, o igual, o mejor o peor que otro.
¿Con quien se van de
vacaciones los niños?
Llega el verano y con él las vacaciones escolares. Muchos padres
se preguntan ahora qué hacer con los hijos, cómo combinar el tiempo libre con
actividades que le supongan algún tipo de enriquecimiento intelectual,
personal.
Muchas familias
deben planificar bien estas vacaciones. Sobre todo aquellas de padres separados
o de familias ensambladas porque por lo general cada padre o madre quiere pasar. Algunos padres y madres deben compartir a
sus hijos en estos períodos. Por lo que los niños se estresan o se alegran a
la hora de elegir con quien pasar sus vacaciones.
Promesas
que van y vienen y pequeños
caprichos de los niños ,son situaciones que la familia debe enfrentar a la hora de satisfacer las
demandas para que todos estén contentos .Familias unidas con un destino en
común y familias compartidas que sobrellevan la convivencia en estos días de grandes cambios en los hogares.
Los hijos de padres divorciados
aprovechan esta oportunidad para pedir todo lo que no tienen el resto de los
meses y los padres o madres se desviven
para no desilusionaros. Es bueno usar un término medio.
Muchas veces las
vacaciones de los adultos no coinciden con la de los niños.
Para muchos padres las vacaciones escolares representan
una etapa complicada. A las dificultades típicas se suman los problemas de esa
larga convivencia y con la preocupación de cómo hacer pasar lo mejor posible a
los que deben descansar. Padres-madres, abuelos, tíos e hijos pasarán a
convivir mas horas en casa , no son ajenos a
este inevitable cambio que les
demanda tomar decisiones con respecto a horarios, ocupaciones, relaciones.
Hay desajuste
entre los horarios y las vacaciones escolares y los horarios laborales de los
padres y madres.
Todas las personas, de todas las edades tienen un espacio
para reflexionar a terminar el año.
Cada uno se les viene a la mente como una serie de
diapositivas mentales imágenes de sucesos o hechos más importantes. Otros
quedan detrás. Los simples , las rutinas.
Para unos el año pasó volando ,para otros duró una
eternidad.
Para aquellos que terminan este año la primaria las emociones
van desde la alegría, hasta la congoja.
¿Los esfuerzos y
el trabajo han sido provechosos?
Terminar el año escolar no siempre es como uno piensa.
Aprobar o reprobar es una decisión difícil en la que
deben estar involucrados los padres y el colegio. El impacto de la repetición
puede ser distinto para cada niño dependiendo de muchos aspectos principalmente
el que tiene que ver con las diferencias individuales. Muchos niños se
benefician con el hecho de volver a cursar un grado, y los cambios, aunque
dolorosos pueden reportar resultados positivos. Sin embargo, para otros ,puede
experimentarse como una fuerte sensación de fracaso.
Para los niños pequeños la mayoría de las veces esta
decisión resulta beneficiosa, ya que la inmadurez es el motivo más frecuente
por el cual no alcanzan los objetivos curriculares. El asunto, en este caso, es
cuestión de tiempo y "quedarse repitiendo" es ganar en autoestima,
confianza y seguridad en sí mismo. Cuando son adolescentes la situación es un
poco mas difícil por que las relaciones sociales están mas estructuradas y no
avanzar al año siguiente implica el alejamiento de su grupo de amigos que en
ese momento es un referente de gran influencia. Sin embargo, muchas veces ellos
mismos son conscientes que avanzar con ‘lagunas’ puede acarrearles más
problemas en los años siguientes.
Lo más importante es evaluar de manera precisa la
situación particular con el propósito de comprender los factores que influyen
en el aprendizaje exitoso. Perder el año como se dice comúnmente o reprobar ,no tiene
que ser una tragedia familiar y por eso dejar a los niños o niñas sin el
disfrute de sus vacaciones..
Las
vacaciones no se viven siempre de la misma manera…
Los padres tienen que tener en cuenta que los hijos
crecen. Que de marzo a ahora han madurado notoriamente. Que lo que se planificó
el año pasado quizás no resulte este año. Hay que ponerse las pilas y estar al
tanto de los intereses según las edades.
De repente descubren que sus hijos han crecido, o que ya
no les sirven las actividades del año anterior, que les plantean situaciones o
problemáticas diferentes, que los ponen a prueba.
A veces las
vacaciones se convierten en una carrera de obstáculos, cuando en realidad
deberían constituir una oportunidad magnífica para profundizar en las
relaciones y en el descubrimiento de cómo van evolucionando los miembros de la
familia. Las vacaciones son el momento ideal para nuevas experiencias, para
fortalecer afectos, quitar tensiones, potenciar encuentros…
Muchas veces es bueno recurrir a los abuelos o tíos para
realizar encuentros y fortalecer vínculos que durante el año debido a las
agendas de los chicos era imposible .
Hay que saber planificar unas buenas vacaciones. Para que
sea posible, es necesario tener ideas
claras para no cometamos, como no perder el rol y lugar de padres ;al dejar libremente la
elección a los niños de donde pasar y con quien las vacaciones.
Cuidarlos si pero…evitar el exceso hasta el punto que las vacaciones no
sean un disfrute; Además recordar que todos los hijos no tienen los mismos
gustos. Hay que contemplar todas las edades.
¿Quién se
acuerda de los docentes?
Las instituciones educativas entran en receso. En un
corto letargo. Sin los niños o los adolescentes las aulas quedan silenciosas
esperando que culminen las vacaciones para albergar a los alumnos nuevamente.
Es que sin ellos, los maestros y profesoras no tendrían sentido concurrir.
Los docentes que han generado un fuerte vínculo que
trasciende más allá de lo pedagógico también
tienen estos mismos sentimientos que tienen los alumnos y los padres de éstos.
Cuesta “ despegarse” del grupo formado donde se compartieron muchas cosas fuertes y
vivencias enriquecedoras. Piensan en los proyectos, en los objetivos propuestos
al comienzo del año, en sus expectativas para que los saberes hayan dado
frutos.
Pero también es bueno pensar en
sus vacaciones y saben recordar a menudo alguna anécdota del año o extrañan a los niños
que han estado cientos de días en las aulas.
Y casi siempre comparten un sentimiento en común con sus
alumnos… ¡las vacaciones son cortas!
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