jueves, 5 de marzo de 2015

Natalia Trenchi.Año lectivo nuevo

Art.381

Carta a madres y padres de escolares


Queridas y queridos: otro nuevo año lectivo ha empezado. Ya gastaron fangotes en libros y cuadernos que además hubo que forrar y etiquetar, compraron uniformes y túnicas, trataron con poco éxito de reciclar algo del año pasado y volvieron a poner la alarma del reloj para que suene bien tempranito.

Sólo quienes lo vivimos sabemos el esfuerzo que conlleva toda esta etapa. Y cuanta esperanza y buenos deseos ponemos en la tarea. Porque si bien los uruguayos hemos cambiado culturalmente y nos hemos cholulizado con los que ganan plata fácil, seguimos valorando y confiando mucho en el estudio. Seguimos diciendo: “lo único que les voy a dejar es la formación”. Por eso, porque quiero que el esfuerzo valga la pena y cosechen buena siembra, es que quiero darles algunas recomendaciones:

-    Cuídense ustedes: si ustedes están bien, todo lo demás tiene más chance de estar bien. Ordenen su vida con  buenos hábitos, esos que no te esclavizan ni te torturan sino que te hacen la vida más fácil. Por ejemplo, no caigan en la tentación de quedarse despiertos hasta tarde con cosas que no valen la pena si al otro día se tienen que levantar temprano. ¡Dejen la peli o el candy crush para el viernes!

-    Levántense con tiempo: ¿qué son 15 minutos más o menos de sueño? Nada para el descanso, mucho para el clima familiar. Para los niños, despertarse con un llamado cariñoso y oliendo las tostadas es muy diferente al sobresalto de una voz apurada y una cajita fría sorbida en el camino a modo de desayuno. Desayunen sentados en la mesa y  con una sonrisa en los labios. Levantarse con tiempo hace más fácil que se alimenten bien al comienzo del día, que no se olviden de nada en casa y que lleguen a la escuela mejor dispuestos y con mejor humor. No es pavada.


¡Acuesten temprano a los niños! Lo necesitan para aprender, para recordar, para estar fuertes. Los niños necesitan aproximadamente 10 horas de sueño nocturno. Asegúrense que las tengan. Además, los padres necesitan también algunas horitas sin niños dando vueltas por ahí.
-    En lugar de rezongar cada día por las mismas cosas, enséñenles estrategias. Las que permiten organizar y aprovechar el tiempo son fundamentales: dibujen el esquema de la semana y marquen los días que hay que llevar el equipo deportivo o la merienda para compartir o lo que sea. Si ya tienen la edad suficiente, regálenles una agenda y enséñenles a usarla bien.
-    Respétenles el derecho y la necesidad a tener tiempo libre para jugar. Si no les queda  (horario largo de escuela  más deberes más mil otras actividades), algo está marchando muy mal. Los niños necesitan poder jugar, descansar y mover el cuerpo todos los días. Es más importante eso que la clase de chino mandarín.
Si sus hijos hacen horario doble, procuren que no les manden deberes (¿trabajo extra para casa después de una jornada de 8 horas?).
-    Si tienen que hacer deberes ayúdenlos a organizarse, a buscar y ordenar el lugar tranquilo que necesitan y a tener los útiles a mano. Sean muy firmes en la consigna para hacer los deberes o estudiar. Fuera los celulares, la tv debe estar apagada y la compu prendida, solamente si es necesario. Y procurar en ese caso, tener Facebook y demás distracciones desactivadas.
-     Ofrezcan su guía para hacer la tarea si es necesario. Dije “guía”, eh? No hacerlos con ellos, simplemente guiarlos. No se sienten al lado ni les generen el hábito de “esperar a mamá/papá” para hacer los deberes. Para lo poco que sirven los deberes es para que entrenen la independencia y autonomía de trabajo. No los transformen en todo lo contrario.   
Estimúlenlos sinceramente y mucho por su esfuerzo y persistencia, más que por los resultados exclusivamente. Nos interesa que desarrollen la capacidad de trabajo.
-    Respeten su derecho a cometer errores, a no saber, a ser inmaduros. ¡Es lo normal! Ténganles paciencia porque si queremos niños sanos, productivos y creativos tienen que aprender a no temer al error.  Ayúdenlos a corregirlos y aprender de las equivocaciones en el mejor de los climas.
-    Ofrezcánles un clima familiar amable y cálido, donde aprender y saber sea posible y dé placer a cualquier edad. Mantengan una actitud curiosa con el mundo que los rodea. Ensayen una nueva receta de pizza, sorpréndanse con que José Pedro Varela vivió escasos 30 años, comenten los avances posibles con las impresoras 3D.
-    Enséñenles con la palabra y el ejemplo a respetar a la maestra, a los demás docentes y a la institución en general. Jamás hablen mal de ellos frente a los niños.

Establezcan un buen vínculo con la maestra: no es necesario que nos guste ni que la elijamos para amiga, pero por nueve meses será una socia muy importante en la crianza de nuestros hijos. Mantengan la comunicación y el respeto en las buenas y en las malas.
-    Promuevan los vínculos fraternos entre los compañeros, la tolerancia y la aceptación. Una de las experiencias más ricas de la escuela es la de aprender a ser una persona en sociedad de pares. No se asusten de los conflictos porque son parte del menú, pero estén atentos a ofrecerles buenas maneras de resolverlos.
-    Una vez que empiezan las clases, ¡no les hablen a sus hijos exclusivamente de la escuela! Siguen siendo personas y no sólo alumnos (además ellos odian que sólo los atormenten con preguntas de los trabajos y nos exponemos a que contesten sólo con monosílabos o gruñidos).

"Lo más importante que sus hijos aprenderán en la escuela no son ni las tablas ni el uso del tilde ni siquiera la fecha de la Batalla de las Piedras. Lo que les quedará para siempre es el haber aprendido o no a esforzarse, a tener buenos o malos hábitos de estudio, a confiar o no en sí mismo, a funcionar en sociedad, a ser pacientes y organizados o no. "


Pongan el acento en que la experiencia escolar no sea ni una tortura ni una fábrica de fracasos. Adopten una actitud positiva, de ayuda y estímulo para convencerlos que ese es el camino y que ellos pueden.


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