Cada vez es más común que los padres trabajen y es más frecuente
que el niño quede a cargo de los abuelos todo el día. Pero, ¿cuál es su
rol en la educacion de su nieto?
Cuando un nieto llega a sus vidas, los recientes abuelos sienten que esta tiene sentido nuevamente, están ansiosos y felices por hacerse cargos de los pequeños. Sin embargo, no siempre es así, porque también están aquellos que aún se mantienen muy activos o bien, sencillamente, creen que llegó la hora de descansar y para quienes hacerse cargo de los nietos y cuidarlos todo el día no estaba en sus planes, pero tienen que hacerlo. Es muy difícil generalizar las relaciones, pero estimo que cuando los abuelos tienen que hacerse cargo de la crianza de su nieto –o ayudar en ella– pueden tomarlo como una segunda oportunidad fantástica de la vida, de pararse de otra manera frente a la crianza de un niño, corrigiendo los errores que se cometen cuando se tiene hijos y aprendiendo a disfrutar desde su rol de abuelos. Una frase que puede resumir cómo tienen que ser las relaciones entre los padres y los abuelos es: “Los padres ,son los padres”. Lo tienen que recordar los abuelos y lo tienen que recordar los padres. Los abuelos tienen que saber que lo mejor que pueden aportar en esta etapa es darles apoyo a sus hijos en su rol de padres. No es un lugar de rivalidad. No queremos ver a quién quieren más los niños ni con quién se portan mejor o comen más espinaca. Se trata de ser un buen apoyo para los padres. Me imagino que todos los abuelos quieren que sus hijos crezcan lo más saludables posibles desde el punto de vista emocional. Para que sea así, nada mejor que miren a sus padres como figuras de autoridad, como personas valiosas y respetables. Si eso sucede gracias a la colaboración de los abuelos es fantástico.
¿Qué se puede hacer para lograr ese respeto del que hablamos?
El respeto tiene que estar muy presente. El respeto de los abuelos a las decisiones de los padres, esas decisiones que sus hijos toman en su rol de padres. Esa es una característica del rol que tiene que estar muy clara desde el principio. Una cosa es que los abuelos les permitan a los niños comer todas las papas fritas que quieran, hacer todas las migas que se les ocurra y está todo bien. Otra cosa es el rol del abuelo que está con el niño todos los días o unos cuantos días a la semana. Tiene que colaborar en el rol de educador porque está haciendo de padre sustituto. En ese rol, el abuelo no podrá hacer cualquier cosa, debe respetar las directivas globales que los padres den. Por ejemplo, si los padres no quieren que coman determinadas cosas, los niños no van a comer determinadas cosas. Y está bien que los abuelos dejen claro que eso no se puede hacer porque mamá y papá no lo permiten. No quiere decir que cuando vayan a la casa de los abuelos no puedan hacerlo, pero ahí en su casa es necesario seguir el criterio de los padres. Esa es una manera de respetar que la autoridad sigue estando en los padres, aunque transitoriamente y por un problema coyuntural estén cuidándolos los abuelos.
¿Es una manera de que los padres estén presentes aunque no estén todo el día en casa?
Sí, es una manera de estar aun no estando. Pero para eso, los padres tienen que respetar a los abuelos en determinados aspectos, porque en esta administración de cómo van a ser las reglas, los abuelos están en todo su derecho de decir: “No estoy de acuerdo contigo y no voy a hacerlo aunque tú me lo pidas”.
¿Las reglas y límites hay que discutirlos en privado y no en presencia de los niños?
Exactamente, cuando más se hable y más claros queden los roles, muchísimos menos conflictos habrá. Es bárbaro que pase eso porque para los niños el poder ser cuidados por los abuelos en un buen clima es muy beneficioso. Es lindo que la historia la cuenten los abuelos, no va habrá nada más valioso que hablar de sus raíces. Es muy importante para construirse a uno mismo el tener información de primera mano de dónde venimos. Es muy importante para los niños aprender que el mundo no nació cuando ellos llegaron y que no se va a acabar cuando ellos no estén. Es darles un sentido de trascendencia bien importante. Es impagable escucharlo de la voz pausada de los abuelos.
Cuando un nieto llega a sus vidas, los recientes abuelos sienten que esta tiene sentido nuevamente, están ansiosos y felices por hacerse cargos de los pequeños. Sin embargo, no siempre es así, porque también están aquellos que aún se mantienen muy activos o bien, sencillamente, creen que llegó la hora de descansar y para quienes hacerse cargo de los nietos y cuidarlos todo el día no estaba en sus planes, pero tienen que hacerlo. Es muy difícil generalizar las relaciones, pero estimo que cuando los abuelos tienen que hacerse cargo de la crianza de su nieto –o ayudar en ella– pueden tomarlo como una segunda oportunidad fantástica de la vida, de pararse de otra manera frente a la crianza de un niño, corrigiendo los errores que se cometen cuando se tiene hijos y aprendiendo a disfrutar desde su rol de abuelos. Una frase que puede resumir cómo tienen que ser las relaciones entre los padres y los abuelos es: “Los padres ,son los padres”. Lo tienen que recordar los abuelos y lo tienen que recordar los padres. Los abuelos tienen que saber que lo mejor que pueden aportar en esta etapa es darles apoyo a sus hijos en su rol de padres. No es un lugar de rivalidad. No queremos ver a quién quieren más los niños ni con quién se portan mejor o comen más espinaca. Se trata de ser un buen apoyo para los padres. Me imagino que todos los abuelos quieren que sus hijos crezcan lo más saludables posibles desde el punto de vista emocional. Para que sea así, nada mejor que miren a sus padres como figuras de autoridad, como personas valiosas y respetables. Si eso sucede gracias a la colaboración de los abuelos es fantástico.
¿Qué se puede hacer para lograr ese respeto del que hablamos?
El respeto tiene que estar muy presente. El respeto de los abuelos a las decisiones de los padres, esas decisiones que sus hijos toman en su rol de padres. Esa es una característica del rol que tiene que estar muy clara desde el principio. Una cosa es que los abuelos les permitan a los niños comer todas las papas fritas que quieran, hacer todas las migas que se les ocurra y está todo bien. Otra cosa es el rol del abuelo que está con el niño todos los días o unos cuantos días a la semana. Tiene que colaborar en el rol de educador porque está haciendo de padre sustituto. En ese rol, el abuelo no podrá hacer cualquier cosa, debe respetar las directivas globales que los padres den. Por ejemplo, si los padres no quieren que coman determinadas cosas, los niños no van a comer determinadas cosas. Y está bien que los abuelos dejen claro que eso no se puede hacer porque mamá y papá no lo permiten. No quiere decir que cuando vayan a la casa de los abuelos no puedan hacerlo, pero ahí en su casa es necesario seguir el criterio de los padres. Esa es una manera de respetar que la autoridad sigue estando en los padres, aunque transitoriamente y por un problema coyuntural estén cuidándolos los abuelos.
¿Es una manera de que los padres estén presentes aunque no estén todo el día en casa?
Sí, es una manera de estar aun no estando. Pero para eso, los padres tienen que respetar a los abuelos en determinados aspectos, porque en esta administración de cómo van a ser las reglas, los abuelos están en todo su derecho de decir: “No estoy de acuerdo contigo y no voy a hacerlo aunque tú me lo pidas”.
¿Las reglas y límites hay que discutirlos en privado y no en presencia de los niños?
Exactamente, cuando más se hable y más claros queden los roles, muchísimos menos conflictos habrá. Es bárbaro que pase eso porque para los niños el poder ser cuidados por los abuelos en un buen clima es muy beneficioso. Es lindo que la historia la cuenten los abuelos, no va habrá nada más valioso que hablar de sus raíces. Es muy importante para construirse a uno mismo el tener información de primera mano de dónde venimos. Es muy importante para los niños aprender que el mundo no nació cuando ellos llegaron y que no se va a acabar cuando ellos no estén. Es darles un sentido de trascendencia bien importante. Es impagable escucharlo de la voz pausada de los abuelos.